Defensa Personal
La Defensa Personal es una buena forma de practicar deporte, y a la misma vez puede suponer una gran ayuda en nuestra vida diaria, no sólo por el hecho de podernos defender ante un posible ataque de algún delincuente, sino que nos proporcionará una mayor seguridad y autoestima.
Las técnicas de Defensa Personal, se toman y se adaptan partiendo de los diferentes tipos de luchas y artes marciales conocidos en el mundo.
Estas técnicas tienen como objetivo preservarnos de cualquier ataque o perturbación contra nuestra persona, capacitándonos para repelerlos. En las clases se plantean diferentes situaciones que vienen determinadas por la peligrosidad que suponemos al presunto delincuente, ofreciéndonos recursos para salir. Pero siempre cabe recordar que lo más importante es la prevención, y llegado el enfrentamiento, la sorpresa (fingirse colaborativo o temeroso y no exteriorizar el ataque que se está por llevar a cabo).
La Defensa Personal no consiste tan solo en poder hacer frente a una agresión física, sino que tiene varias facetas que hacen al buen juicio y podemos resumir como «la capacidad de defender la vida y la salud (nuestra o de terceros), y proteger los bienes», en ése órden.
Dada la relativa simplicidad de técnicas en la defensa persona, no se requieren gran cantidad de años de práctica para ponerlas en ejecución como en las artes marciales, donde el buen desempeño requiere de una formación atlética. Igualmente, debe quedar en claro que la «magia» de las artes marciales consiste precisamente en la repetición de estímulos (defensas, ataques) infinidad de veces para que éstos se hagan una segunda naturaleza y se expresen espontáneamente cuando sean necesarias. Esto es totalmente válido para la defensa personal.
Por ello, las técnicas que veremos, deberán ser practicadas y repasadas mentalmente todo cuanto sea posible, hasta «hacerlas íntimas» a cada uno. La Defensa Personal puede perfeccionarse día a día con la observación, la práctica física y el estudio. La práctica es quizás el principio fundamental para lo que nos proponemos; nadie puede esperar el adquirir conocimiento sólo con una leída pues el resultado esperado no se expresará en el momento de ser objetos de una violencia imprevista.
Además se debe ir incorporando paralelamente un pensamiento previsor de actitudes defensivas aplicables ante ataques en los lugares que frecuentamos y tenemos mayores posibilidades de ser victimizados. En síntesis, es cuestión de dominar algunos movimientos físicos, pero también de estar preparados psicológicamente (atención y confianza) para reaccionar adecuadamente en situaciones de violencia donde «todo vale» para obtener un máximo de eficacia con un mínimo esfuerzo.